En las islas del Egeo las costas más acogedoras son las del sur, ya que las norteñas suelen estar batidas por el "meltemi", pero en los escasos días en que soplan vientos del sur es un placer descubrir rincones en esas costas salvajes. Este poema se escribió en Anafi, la isla más al sur de las Cícladas, un día de suave viento austral cuando su costa norte se nos abría con todo su esplendor, en la pequeña cala de guijarros conocida como Aghios Georgios (San Jorge) por la ermita dedicada a ese santo.
COSTA NORTE
Cuando sople el austral, vete a la costa norte,
y descubre otra isla tan distinta del sur.
Por caminos de tierra, en medio de la nada,
encontrarás capillas de profetas y santos,
cuidadas, con iconos y con llamas perpetuas,
¿quiénes serán sus fieles en esta soledad?
Escoge luego un valle que rompa acantilado
y descienda entre verdes a morir en su cala,
un simple “codolar” de desgastadas piedras.
No busques aquí arenas, estamos en el norte
donde reina el "meltemi" que en este breve exilio
—por las prisas que tuvo— se olvidó de cerrar
los palacios de encanto de su costa salvaje:
piscinas en las rocas, un cielo en el infierno,
aguas para ti solo que, al ser hoy un remanso,
muestran fondos magníficos, transparencia infinita,
paz y virginidad en la otra costa egea.
Por las islas griegas. Ricardo Fernández Esteban ©
El austral es el viento del sur que es raro en el Egeo en verano, en cambio el Meltemi es un fuerte viento del norte que suele soplar en verano en las islas egeas. Codolar es como se llaman en catalán a las playas de guijarros (còdols), ésta me recordó a algunas de la coste norte menorquina cuando aún estaban a salvo del turismo.
La cala de Agios Georgios, un día de viento austral. |
La capilla del Profeta Elías, cercana a la de Agios Georgios. Tanto monta monta tanto, blancas, cuidadas y sobre el mar. |
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La costa norte de Anafi. en el centro Aghios Georgios |
Klisidi, en la costa sur |
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El pequeño puerto de Anafi En lo alto, la Jora |
La capilla en la cima de Kálamos |
Anafi, pese a estar cerca de Santorini, es una isla bastante mal comunicada. Gracias a eso mantiene una agradable tranquilidad y su pequeña "jora" es un balcón sobre el Egeo. Si vais no dejéis de subir a pie al peñón de Kálamos, casi tan alto como Gibaltrar (460 metros a pico sobre el mar), y si es a principios de septiembre podéis llegar a la capilla de la cima junto con la procesión que celebra el nacimiento de la Virgen, las vistas son espectaculares.
Este poema está incluido en mi libro "Por las islas griegas", ampliado en 2025, que recoge más de 25 años y más de 75 islas visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).