domingo, 8 de noviembre de 2015

Ernestina de Champourcín

Ernestina de Champourcín  (Vitoria, 1905 - Madrid, 1999) una poeta injustamente poco conocida, de la que dice Jaime Siles que era una de las personas más interesantes de la generación del 27.

Este poema pertenece a su cuarto poemario, Cántico inútil, que José Ángel Ascunce definió como "poesía del amor humano". Según Emilio Miró este poema marca la culminación de una búsqueda, un anhelo absoluto de amor...


EL BESO

¡Tus labios en mis ojos!
Qué dulzura de estrellas alisa lentamente
mis párpados caídos...
Nada existe del mundo. Sólo siento tu boca
y el temblor de mi espíritu hecho carne de luz.

Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas
y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño.
Con ella te daré mi última mirada.

¡Abrásame los ojos! Que el peso de tus labios
despoje mi horizonte de lo que tú no has visto.
Quiero olvidarlo todo y anularme en la niebla
que ciñen tus caricias.

Ernestina de Champourcín. Cántico inútil, 1936

En este enlace a Wikipedia encontraréis una bio y bibliografía, y en Cervantes virtual y en A media voz una antología de sus poemas. Aquí tenéis otro de ellos.


AMOR

Puliré mi belleza con los garfios del viento.
Seré tuya sin forma, hecha polvo de aire,
diluida en un cielo de planos invisibles.

Para ti quiero, amado, la posesión sin cuerpo,
el delirio gozoso de sentir que tu abrazo
solo ciñe rosales de pura eternidad.

Nunca podrás tenerme sin abrir tu deseo
sobre la desnudez que sella lo inefable,
ni encontrarás mis labios
mientras algo concreto enraíce tu amor...

¡Que tus manos inútiles acaricien estrellas!
No entorpezcan besándome la fuga de mi cuerpo.
¡Seré tuya en la piel hecha fuego de sol.

Ernestina de Champourcín.

Ángeles Fernangómez recita el poema de Ernestina Si derribas el muro.



El interesante documental Las sin sombrero, homenajea a ocho mujeres de esa generación del 27 injustamente ocultas, además de ella (cuya parte específica podéis ver a partir del minuto 31) a Mª Teresa León, Rosa Chacel, Concha Méndez, Josefina de la Torre, María Zambrano, Maruja Mallo y Marga Gil Roësset.

sábado, 31 de octubre de 2015

Julia Gallo

Julia Gallo, (Villarramiel, Palencia 1955) es una buena poeta y además una activista cultural. No hay mucha información de ella y sus poemas en la red, y yo la encontré en la antología de poetas contemporáneas Enésima hoja. Os he seleccionado estos poemas suyos, pero como siempre lo mejor es intentar acudir a las fuentes, o sea a sus libros.


CORAZÓN DE PROSTÍBULO

Aquí estoy, sentimiento, no demores
tu impulso a mi destino,
que te esperan mis branquias agitando
su soledad sin aire.
Ven, cariño, amistad, ven,
diástole y sístole, reflujo,
que bulla el corazón por la ventura,
que abran los ventrículos sus puertas
y el pecho se parezca a una corrala
de algarabía llena.
Ven, sentimiento, ven, mas no me sirve
corazón de prostíbulo, hospedero
de diletante ocupa,
ni rosario de cuartos en hileras,
nichos de meretriz, mentira al quite.
Quiero inquilinos fijos,
que ya tuve baldíos estos fueros.
Por eso ven,
he hecho del afecto una despensa
donde guardo los víveres celosa,
que ya sufrí orfandades
y pasaron hambruna mis mejillas.
Ven cariño, amistad. Ven, amor ven.
Ven junto a mí, ternura. Ven amor,
visítame a la orilla de esta celda.

48 horas. Julia Gallo ©

Y como siempre digo que detrás de un buen poeta es muy difícil no encontrar un buen soneto, aquí tenéis uno suyo.


CARTA A LA PASIÓN

Sabes que tiene filo de tijera,
lunático complejo de estilete.
Es una viva muerte que se mete
en el alma tocada de ceguera.


Tiene el rostro pujante de la era,
oprime la gavilla, sin que apriete.
Apresa con el más suave grillete
y nos llena, vacía y desespera.


Encapota la noche con los sueños
de dicha y de placeres rubicundos,
prometidos en sarta de emociones.


Maneja los delirios halagüeños:
residen los amantes otros mundos,
y pierden entidad las conclusiones.

 Julia Gallo ©

En este enlace se puede acceder a una bio y bibliografía y unos cuantos de sus poemas, en este otro tres poemas más, y éste es el blog de Tintaviva el grupo literario que coordina.

Por último, aquí la podéis ver y escuchar en un vídeo recitando uno de sus poemas, Barco de papel




Adenda de agosto de 2022:

Hace tiempo que no sé nada de Julia Gallo ni del grupo "Tintaviva". En la red no hay noticias y la última entrada del blog es de hace unos seis años. Si alguien tiene información, por favor, compartidla.

Lo único que he podido encontrar es una pequeña entrevista de mayo de 2020 en La mirada cultural y el poema que os anexo.


TAL VEZ UNA ORACIÓN NO SOBRE

Solo la Paz consagra
la cervical erguida,
el cielo despejado,
la fiel cronología de las horas,
la frente al infinito del albur,
la armonía del pan sobre la mesa,
el tangible ofertorio de los libros
y también la esperanza.
Señor,
pasa ya de nosotros este cáliz
con sus miles de muertos,
y líbranos de mal. Amén

Julia Gallo © Mayo 2020

sábado, 24 de octubre de 2015

Sonetista frustrado

La poesía fue mi ilusión y mi sino. Leí cien mil poemas, viví mil recitales; pero aunque lo intenté con ánimo a raudales, nunca logré un soneto de verso alejandrino. Caí en depresión, maldije mi destino, ¿por qué fue un imposible rimar esos finales y tras catorce sílabas acabar con iguales?, ¿qué musa me negaba el aliento divino? Preguntas sin respuesta y noches sin dormir fue lo que conseguí queriendo ser poeta. Por fin, desanimado, me cambio de chaqueta; practicaré la prosa, intentaré escribir un buen microrrelato, a ver si mi autoestima sube como la espuma olvidando la rima.

A veces nos obcecamos en conseguir lo que ya tenemos, como este "frustrado sonetista" en el minirrelato de mi libro Cuentas de cuentosque no se dió cuenta de que había escrito un soneto.



SONETISTA FRUSTRADO

La poesía fue mi ilusión y mi sino.
Leí cien mil poemas, viví mil recitales;
pero aunque lo intenté con ánimo a raudales,
nunca logré un soneto de verso alejandrino.

Caí en depresión, maldije mi destino,
¿por qué fue un imposible rimar esos finales
y tras catorce sílabas acabar con iguales?,

¿qué musa me negaba el aliento divino? 

Preguntas sin respuesta y noches sin dormir
fue lo que conseguí queriendo ser poeta.

Por fin, desanimado, me cambio de chaqueta;

practicaré la prosa, intentaré escribir
un buen microrrelato, a ver si mi autoestima

sube como la espuma olvidando la rima.

Ricardo Fernández Esteban ©


La lira que inspira al poeta


Cuentas de Cuentos (aquí en papel en la Casa del Libro), es un libro de minirrelatos cuyas historias tratan de personajes que se enfrentan al amor, al desamor, a las ilusiones y a las frustraciones, y a veces les ocurre lo mismo que al protagonista de ésta. El libro está disponible en papel, eBook y audiolibro, para que podáis escoger. Aquí lo tenéis en papel y en eBook (en Amazon) y aquí en audiolibro en (Google play).

Este ha sido el primer libro que publiqué abandonando el formato del verso, aunque como habéis visto la cabra siempre tira al monte y alguno se ha escapado. Creo que también se puede ser poético en esas cortas historias que se quisieron escribir ágiles, con músculo y sin grasa para captar la atención del lector. Todo menos la indiferencia es su lema, y aquí podréis leer dos cuentas y más sobre el libro.


sábado, 17 de octubre de 2015

Luis Rosales

(Entrada renovada en 2018). Luis Rosales (Granada, 1910 - Madrid, 1992) uno de los poetas más relevantes de la generación del 36. Acabo de publicar un artículo en "Las 9 musas", donde amplio lo citado aquí respecto a su libro más importante "La casa encendida" y su primera estrofa. Dice Noemí Montetes sobre su poética: Emprende un ejercicio de formación y experimentación estética que habrá de perfilarle durante toda su vida como el eterno aprendiz de poeta, abierto a cualquier nueva influencia que hubiese de enriquecer, renovar o completar su obra. 



LA CASA ENCENDIDA (Parte I)
CIEGO POR VOLUNTAD Y POR DESTINO 
(primera estrofa)

Porque todo es igual y tú lo sabes,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta
con aquel mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.
Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz, para volver a comprobar
que todas las cosas están exactamente colocadas, 
                                       como estarán dentro de un año,
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.

(.../...)

La casa encendida. Luis Rosales.


Creo que vale la pena comentar el continente y el contenido de esta primera estrofa de "La casa encendida". Respecto al contenido os recomiendo la edición crítica de Noemí Montetes o las notas que le dedica Rosa Navarro en su libro Cómo leer un poema. Yo sólo colocaré un pequeño resumen y me centraré más en el continente, o sea en el formato demostrando que no es verso libre, como algunos opinan.

El título de esa primera parte del libro proviene del octavo verso de un soneto de Villamediana "Tan peligroso y nuevo es el camino". Rosales escribió este poemario en un seísmo creativo de tan sólo una semana en 1949, y lo publicó al cabo de dos meses, pero luego lo fue reescribiendo, lo volvió a editar en 1967, y siguió modificándolo toda su vida.

El tema central del libro es la irreversibilidad del tiempo y la existencia escindida en trozos sin relación vital, y transcurre por las casas de la infancia, juventud y madurez. En los años 40 Rosales, que era soltero, vivía en Madrid en casa de su hermana, luego se trasladó porque no le cabía su biblioteca a esta casa, en Altamirano 34, pero prácticamente seguía viviendo en la de su hermana y “su casa” en el fondo seguía siendo la paterna de Granada. Al final del libro, Rosales hace suya la casa, en la que residiría tras casarse en 1951, en aquellos versos: y al mirar hacia arriba, / vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,/ las ventanas,/ -sí, todas las ventanas-./ Gracias, Señor, la casa está encendida.

El lenguaje lírico se acerca a la cotidianidad de los gestos que se hacen al entrar en la casa. El “todo es igual” se prolonga al futuro “…como estarán dentro de un año”, el yo poético se distancia a un “tú” (que no abandonará hasta la tercera estrofa) que comprueba la permanencia estática de los objetos y la sensación de soledad. La repetición de nexos “y” (polisíndeton) intensifica la tristeza. Los adverbios de modo se apoderan del texto, modificando el adjetivo “solo”, la palabra clave. No hay rebeldía, sólo infinita y triste soledad.

Respecto al continente, tema poco tratado en los análisis, parece un poema libre pero no lo es. El poeta construye una selva de métricas impares blancas (sin rima) que os detallo:1º: Endecasílabo sáfico; 2º y 3º: Alejandrinos; 4º: Tetradecasílabo 5+9; 5º: Endeca melódico; 6º: Heptasílabo; 7º: Tetrasílabo (peónico) que según se recite, podría formar un endeca melódico con el anterior; 8º: Dodecasílabo, este es un verso par, que parece de armonía distinta pero puede considerarse de ritmo ternario peónico (4+4+4), lo que a mi entender hace que se mantenga la armonía de los versos, ya que las cláusulas de 4 silabas o menos no suelen romper la armonía versal; 9º: Endeca heroico + Hepta; 10º Hepta + Enea; 11º: Tres eneas; 12º+13º: Hepta + Enea + Hepta; 14º: Hepta + Endeca melódico; 15º y 16º: Heptas; y 17º Enea + Endeca melódico. En mi artículo en "Las nueve musas" tenéis este desglose explicado con más detalle.

Lo importante de esta forma poética es la armonía de los versos al ser recitados, la poesía nació oral y en la oralidad se manifiesta plenamente, la métrica es sólo la explicación de por qué hay armonía. 
Por otra parte, el poeta evita las asonancias entre los versos de forma que no se produzcan esos sonsonetes que marcan muchos supuestos versos blancos.

Como os he dicho, creo que se disfruta plenamente de un poema recitándolo. Esa es la prueba que no resisten muchos supuestos versos libres que no son más que prosa, buena o mala, cortada en renglones. 

Para los interesados en profundizar en la métrica he publicado un tratado, "Métrica poética del idioma español", donde se profundiza en todos los aspectos que conforman el ritmo poético de los poemas, que los distingue de la prosa.



Volviendo al poeta, otro de sus poemas.

AYER VENDRÁ

La tarde va a morir; en los caminos
se ciega triste o se detiene un aire
bajo y sin luz; entre las ramas altas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol; la tierra huele,
empieza a oler; las aves
van rompiendo un espejo con su vuelo;
la sombra es el silencio de la tarde.
Te he sentido llorar: no sé a quién lloras.
Hay un humo distante,
un tren, que acaso vuelve, mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte


Luis Rosales.

En Poetas Andaluces encontraréis una antología de sus poemas y otra más breve en Libro de notas. Ésta es una lectura de Clara Mª España sobre La casa encendida. En este vídeo tenéis una semblanza del poeta y podréis escuchar hablando y recitando.






sábado, 10 de octubre de 2015

Ana Montojo (act. V-22)

(Entrada actualizada en V-22) Ana Montojo (Madrid, 1949) dice que llegó tarde a la poesía, pero llegó bien, con la experiencia y el buen hacer que dan los años, sabiendo combinar perfectamente texto y ritmo. Yo también he llegado tarde a ella, pero me he convertido en uno de sus admiradores. A entrada entrada que le dediqué hace años, le he añadido un poema y he publicado un artículo en "Las nueve musas" sobre su poética tras leer su antología personal "Por si esto fuera poco"


PERFECCIONISMO

 Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.
(Joaquín Sabina)
Es enternecedor
ese esmero tan tuyo
en lograr la excelencia del destrozo
sin una concesión a la chapuza;
ese don especial
de llamar a las cosas por su nombre.

Se trata
de no dejar resquicio a la esperanza
ni piedra sobre piedra;
de matar los recuerdos,
no vaya a ser que alguno fuera hermoso
y nos traiga de pronto
un instante de duda inoportuno.

Me lo dijiste
con esa forma tuya de mirarme
y esa necesidad de hacerme daño.

Con ese virtuosismo que despliegas
solo para alcanzar
la máxima expresión de la derrota.

Ana Montojo



LOS VAQUEROS
                 
                 Solo me juzgo por lo que siento,
                     no por lo que razono.
                                        (Montaigne)

Recuerdo aquel verano -el del sesenta y cinco-
cuando eras aquel chico tan guapo que cantaba,
al que mejor sentaban los vaqueros.
Tú eras el capricho de las nenas,
el terror de los novios,
el sueño húmedo de suegras potenciales,
y yo apenas entraba en una adolescencia
boba y muerta de miedo, sin conciencia de mí
ni de que yo pudiera valer algo.

No sé por qué demonios te fijaste
en esa chica tímida
de la pandilla de los más pequeños,
el caso es que cualquier posible contrincante
regresó a sus cuarteles y replegó sus fuerzas
ante un rival con semejante historia.
Me dejaron inerme, teniendo que lidiar
contra todas tus armas.
Dieciséis años contaba por entonces.

No hace falta que cuente lo que vino después
-largo noviazgo de pecados tristes,
muchas visitas al confesonario,
lunas llenas de cuernos,
propósito de enmienda,
dolor de corazón y al fin la boda
con el tul ilusión hecho jirones.

Cuatro hijos contando al que se fue
-revisando las fotos me preguntas
qué niño es cada uno de esos niños
que nos sonríen desde la memoria-,
el oscuro enemigo que se instaló en tu mente
hasta echarme de casa. Y los papeles rotos.

Muchos años perdida en espejismos
queriéndome morir más de mil veces,
pasiones desbordadas y un futuro imperfecto
por no saber cortar el hilo de la culpa
porque estabas ahí, tú siempre estabas,
tú y tu inmisericorde soledad,
la que todas las noches dormía a mi costado.

Pero ya no es cuestión
de andar pidiendo cuentas a la vida.
Ahora que ya no eres
ese chico tan guapo y los vaqueros
no te sientan tan bien, sabrás que existe
otra forma de amar
que no entiende de orgasmos,
que no va a derretirse entre gemidos,
pero que hoy, precisamente ahora
no va a dejarte solo.


Las horas contadas. Ana Montojo


No hay demasiada información de Ana Montojo en las redes. Que yo sepa, ha publicado ocho libros de poemas: La niebla del tiempo (2010), Plantas de Interior (2012), Vivir con lo puesto (2015), “Ese atronador silencio de los pájaros” (2016), “Jaime” (2016), Las horas contadas (2017), Un solo de saxo y Daños colaterales (2019), y una antología personal Por si esto fuera poco (2021) donde recoge sus poemas preferidos que escribió la pasada década.  Aquí tenéis una bio y bibliografía y este es su blog El humo ciega mis ojos , del que he rescatado este otro poema.


MÍRAME

Deja ya de mirar hacia la calle
mientras la camarera nos pregunta
si queremos la leche bien caliente
o si la preferimos más bien tibia.
No me hables más del tiempo, que ya sé
que hace un calor impropio de estas fechas,
ni repitas de nuevo
las sandeces que dicen los políticos,
que ya me tienen harta.
No muevas más las manos en el aire
ni te subas las mangas ni te abroches
por enésima vez
el último botón de la camisa;
déjala un poco abierta, que me ponen
esos vellos rebeldes que se asoman
como pidiendo guerra.
No me cuentes la última película
ni ese libro tan gordo que has leído.
Cállate, por favor, calla un momento,
deja las manos quietas y, de una puta vez,
mírame tres segundos a los ojos.


Ana Montojo

Por último, acabo de descubrir este poema en su muto de facebook, y no me resisto a copiarlo:

GINTONIC

Hoy, tras mucho pensar, he decidido
inventarme una vida,
dejar de lamentarme por lo que ya no tiene
ninguna solución ni vuelta atrás
y fabricar recuerdos que nunca sucedieron.

A quién va a interesar, al fin y al cabo,
que sea o no verdad lo que yo cuente;
a esta edad lo que importa es tener una historia
que despierte en los otros una pizca de envidia
y una añoranza dulce en nuestras noches.

¿Recuerdas aquel día -¡qué torpeza!-
que se vertió el gin tonic?
Cayó por la abertura de mi escote
y estabas tan sediento que bebiste
las gotas que rodaban por mi pecho.
Era tanto el calor que nos pasábamos
los cubitos de hielo, goteaban
en tu boca y la mía.

Y más tarde encontraste
una piel de limón sobre mi vientre
y algún granito de pimienta rosa.

-Ya no me gusta el whisky -sentenciaste-
quisiera otro gintonic.

-Pero esta vez será con cardamomo...

Ana Montojo










sábado, 3 de octubre de 2015

A Enrique Clarós, in memoriam

El pasado día 29 nos ha dejado repentinamente Enrique Clarós Lloret (Sabadell 1959 - Barcelona 2015) compañero de tertulias y asociaciones literarias. Como suele ocurrir con las pérdidas imprevistas, nos hemos quedado transpuestos dejando pendientes preguntas por hacerle y proyectos por compartir. Nos queda su profunda y compleja palabra escrita y su recuerdo, pero nos falta mucho más. Descanse en paz.




















A ENRIQUE CLARÓS, IN MEMORIAM

La nostalgia es lo único que nos queda a quienes no creemos en el futuro…
E. Clarós
Ya nadie puede preguntarte
por qué no crees en el futuro;
nadie, ni mucho menos yo
que te hablo desde el otro lado del espejo.
Es demasiado tarde,
la noche del no-ser no tiene luz que guíe,
o quizás sí, quizá sí que la tenga, y hasta luna y estrellas,
y el “no” de allí exprese afirmación,
pero mi escasa fe me impide
imaginar el nuevo espacio en el que habitas.  

De ti me quedan tus palabras.
Lo que antes fue materia moldeable
se ha convertido en roca, ya es perenne,
ya no admite matiz, ni un nuevo enfoque.
Ya no podré pedirte que me expliques
el arcano del verso, la razón de la arista, el porqué de la curva.
Ante el arduo trabajo, no me atrevo
a cincelar tu voz escrita en piedra
en busca de la fuente o de la lava;
prefiero que repose en tus escritos
y prometo volver
cuando consiga serenar el alma agnóstica.

Reniego del pasado
por no tratarte más, amigo Enrique,
y niego la mayor
porque quiero creer que esas palabras
eran literatura y nada más.
Adiós, o hasta la vista si hay futuro.


Ricardo Fernández Esteban ©


Tenía prevista dedicar una entrada del blog a Enrique Clarós. Ahora a vuela pluma, como fueron escritos mis versos, cuelgo un poema suyo.


ANÓNIMO IMPALPABLE (a J.A. Valente)

Y tomó la forma del agua,
la invisibilidad líquida
para poder tocarte.

Se convirtió en arena,
disuelta en la infinitud del desierto
para ser tu huella.

Fue aire en el viento caprichoso
envolviendo el espacio
para respirar en ti.

Y es el mismo que ahora
desordena en silencio
las hojas de tu patio solitario,
y las del libro olvidado 
que aún te espera.

Creo en la noche (2014).
Enrique Clarós 

Este fue su primer libro publicado: "Creo en la noche", y póstumamente se publicó "El vértice de cada hora". Aquí tenéis un artículo de Anna Rossell sobre ese último libro. Y este es el obituario que publicó la ACEC de la que era miembro.



Adenda de noviembre de 2024: Reviso periódicamente las entradas del blog para que este archivo no sea un simple depósito, sino que recoja actualizaciones, novedades o asuntos que se nos quedaron en el tintero.

Han pasado ya nueve años desde la muerte de Enrique. Al reencontrarme con el poema que escribí entonces y con uno de los suyos, he visto que al menos faltaba algún poema de su libro póstumo "El vértice de cada hora"

SENSIBILIDAD INTACTA

Me encuentro hoy
explorando los ondulantes
valles húmedos
que surcan y se arremolinan
en la irrepetible huella 
dactilar de tu tacto,
tiernas yemas que trazan
una caligrafía indescifrable
en el punto de contacto
que une la superficie
de nuestra piel desfallecida.

Enrique Clarós (de "El vértice de cada hora")

sábado, 26 de septiembre de 2015

Manuel Reina

Manuel Reina Montilla (Puente Genil, Córdoba 1856 - 1905) literato y político. Precursor del modernismo, su poesía comenzó influenciada por los románticos españoles y luego derivó más hacia el parnasianismo y simbolismo francés.



CLAVELES ROJOS

Rojo clavel abierto y perfumado
ostentaba su pompa y lozanía
sobre el nítido encaje, que cubría
las gracias de tu seno cincelado.

Aquella flor de pétalo encarnado
-viva llama que aromas esparcía-
deshojéla, gozoso, en la onda fría
del champaña de espuma coronado.

Ciego de amor, la copa reluciente
del áureo vino, que al placer provoca,
apuré con afán y ansia vehemente.

Mas calmada no vi mi fiebre loca,
hasta que deshojó mi labio ardiente
el clavel encendido de tu boca.

La vida inquieta (1894). Manuel Reina


LA ESTATUA

En medio del jardín yérguese altiva,
en riquísimo mármol cincelada,
la figura de un dios de ojos serenos,
cabeza varonil y formas clásicas.
En el invierno, la punzante nieve
y el viento azotan la soberbia estatua;
pero ésta, en su actitud noble y severa,
sigue en el pedestal, augusta, impávida.
En primavera, el aureo sol le ofrece
un manto de brocado; las arpadas
aves con sus endechas la saludan;
los árboles le tejen con sus ramas
verde dosel; el cristalino estanque
la refleja en sus ondas azuladas,
y los astros colocan en su frente
una diadema de bruñida plata.
Mas la estatua impasible está en su puesto
sin cambiar la actitud ni la mirada.
¡Así el genio inmortal, dios de la tierra,
siempre blanco de envidias o alabanzas,
impávido, sereno y arrogante,
sobre las muchedumbres se levanta!


Manuel Reina


En "Poetas andaluces" podréis encontrar información sobre su biografía, y unos cuantos de sus poemas. En wikipedia encontraréis más datos y su bibliografía. En la biblioteca virtual Miguel de Cervantes más poemas suyos. Y en wikisource una antología más completa con 44 poemas.


jueves, 17 de septiembre de 2015

Juan Manuel Romero

Juan Manuel Romero (Sevilla, 1974) es filólogo, profesor y periodista, y ha publicado siete libros de poemas desde 1999: Los ángeles confusos, Invitaciones sospechosas, Casa quemada, Golpes, Las invasiones, Hasta mañana y Desaparecer


Aquí tenéis una reseña de Desaparecer y uno de los poemas de ese libro.

IGUAL QUE QUIEN INJERTA

Igual que quien injerta
sobre la rama abierta el brote nuevo,
así te llevo en brazos al dormirte.
Me ha pesado entender que dando vida
estás atándote a la vida,
y creces cuando ayudas a crecer.
Cada día me ato más a ti
para que corra el tiempo por nosotros.
Te llevo en brazos
pero eres tú quien me sostiene.

Desaparecer (2014). Juan Manuel Romero.


Este otro poema es de su anterior libro Hasta mañana.

BIOPSIA

Espero el resultado
y surge la palabra aceptación.

En ella hay algo lento
que se mueve con fuerza
como savia que alcanza brotes altos.

En ella hay una luz que cuesta comprender,
lo mismo que en la ola que rompe contra el dique
y pese a ello vuelve.

Espero el resultado de la prueba
y pienso en la palabra acptación
como un punto de apoyo
                                o de partida
sin miedo al otro lado de mí mismo.

Hasta mañana (2008). Juan Manuel Romero


No he sabido encontrar, o casi no hay en la red, enlaces a antologías de sus poemas. En este vídeo veréis el resumen de una lectura poética suya en el Ateneo de Granada. Y aquí hay otros poemas que he encontrado de sus anteriores libros: Fragmentos y Sequía y Velocidad.
















Adenda de enero de 2022: En 2020 Juan Manuel Romero publicó un nuevo libro de poesía, Contra en rey, ganador del Premio de Poesía Ciudad de Córdoba. Aquí tenéis una reseña con algunos poemas del libro del también poeta Carlos Alcorta



miércoles, 9 de septiembre de 2015

Izar las velas

(Entrada modificada en 2023) Este poema "Izar las velas" forma parte de mi libro "Islario de pasiones" que contiene poemas sobre mares, de islas y la pasión por navegarlos o habitarlas. Las islas son griegas, como lo son los mares que las circundan. La pasión es de quien escribe, de quien navega y de quien habita, que se intercambian las voces en el relato dudando entre el camino y el destino (aquí lo podéis conseguir en Amazon). Además, he tenido la suerte de que Maira Fournari, me haya traducido al griego bastantes de esos poemas y se hayan publicado en una edición bilingüe "Islario de pasiones/ Νησολόγιο παθών".



IZAR LAS VELAS
para Lluís Ferrés, que inspiró y sabe hacer realidad este poema

Levar el ancla, liberar el barco,
izar las velas, atrapar la brisa
que nos regala impulso. Abrir el rumbo,
liberando la escota, hasta la aleta.
No buscar la ceñida que hoy la caña
quiere servir al viento, no enfrentarse
con él, ¿qué importa el pétalo que escoja
si cualquiera conviene de la rosa?

Dejar que el horizonte difumine
el perfil de los montes de la isla,
otros a proa esperan tu arribada
y a veces el azar y su consejo
es la mejor bitácora del viaje.
Deja en paz la electrónica y verás,
si navegas en busca de experiencias,
que la mejor escuela es la Odisea.

Es tan fértil en islas el Egeo
que breve te será la singladura;
este mar es camino de destinos
aunque dejes al viento de patrón.
Al divisar la costa evita puertos,
busca abrigo, fondea e imagínate
lo que pudo haber sido navegar
sin cartas, GPS, ni compás.

Islario de Pasiones. Ricardo Fernández Esteban ©

Este poema está dedicado a Lluís Ferrés Gurt, conocedor de las artes del navegar y amante del Egeo. Si queréis disfrutar de este Mediterráneo que une tantas culturas os recomiendo cualquiera de sus libros.



Mi poemario Islario de pasiones recorre el círculo virtuoso del navegante, que debe escoger entre el camino y el destino, entre seguir recorriendo islas o residirlas. El mar, el viento, los puertos, las islas y sus perfiles, el recuerdo de lo perdido y la esperanza de recuperarlo, le acompañan en este viaje mítico a través de archipiélagos nítidamente griegos. Aquí lo podéis conseguir en papel o digital en Amazon, si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).


Si os interesan las islas griegas, mi libro "Por las islas griegas", ampliado en 2023, recoge más de 25 años y más de 70 islas visitadas, con mis anotaciones sobre mis playas, restaurantes, hoteles y otros lugares preferidos. Aquí lo podéis conseguir en Amazon; si preferís las librerías físicas, hay ejemplares en Altaïr (Gran Vía 616, Barcelona).