Jorge Drexler (Montevideo, 1964) es un famoso cantautor que nos sirve para mostrar lo cercanas que están poesía y canción, y lo bien que pueden colaborar la letra y la música en la expresión artística. El poema que os copio es la letra de una de sus canciones, está escrito en décimas y tiene una curiosa historia: se lo propuso escribir Joaquín Sabina, cuando Drexler no sabía ni lo que era un décima, y él reconoce que su inexperiencia se nota en la primera estrofa.
Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida,
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo,
no hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.
No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela,
no importa el disfraz que viste,
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera,
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.
Y a nadie le di permiso
para matar en mi nombre,
un hombre no es más que un hombre
y si hay dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
rumbo también del olvido,
no hay doctrina que no vaya,
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.
Jorge Drexler. Estribillo de Chicho Sánchez Ferlosio.
Y para unir poema, música y voz, aquí tenéis la Milonga del moro judío cantada por Jorge Drexler:
Además, Drexler comenta en este otro interesante vídeo, que os recomiendo, la gestación de esta canción, la importancia de la décima espinela en Latinoamérica y las relaciones entre las músicas y poemas populares del mundo; y al final, también canta la Milonga
Estas fueron sus primeras décimas y reconoce que la primera tiene unos defectos técnicos, lo que pasa es que al cantarlas puede modular su voz de forma que se corrijan las longitudes versales, que recitadas mostrarían una cierta falta de armonía.
Para los interesados hay dos versos que se salen del metro octosílabo habitual en la décimas o espinelas que inventó Vicente Espinel a finales del XVI. Veamos:
"en Jerusalén la dorada": recitado de corrido sería un verso de nueve sílabas que resultaría poco armónico con los otros. Drexler lo canta con una parada tras "Jerusalén", de esa forma en verso se divide en dos: "en Jesulalén / la dorada" y al ser aguda la palabra "Jerusalén" se prolonga el sonido en una sílaba virtual y resulta un verso de 6+4 sílabas, o sea un decasílabo compuesto bastante armónico con los octosílabos.
"por cada mandamiento": éste es un heptasílabo y Drexler amplía la longitud del verso estirando la "a" de mandamiento, o sea cantando "mandaamiento". Es una solución que un recitador no podría utilizar, pero sí un cantante. De todas formas a mi me gustaría más otra solución como la que he escuchado a algún versionista de la canción: "por cada mal mandamiento" que se justa bien en armonía y contenido al resto de la canción.
En cualquier caso, el autor decide, y si decide mantener lo que escribió sus razones tendrá, porque Drexler es un cantante y un poeta excelente.
En cualquier caso, el autor decide, y si decide mantener lo que escribió sus razones tendrá, porque Drexler es un cantante y un poeta excelente.