Escribí este poema, a vuelapluma, en el jardín del Ateneu de Barcelona. Os los cuelgo porque es bueno decir lo que se siente, si aún creemos en la utopía y por más contradicciones que arrastremos.
JARDÍN DEL ATENEU
Invertir en cultura nunca es gasto, es construir futuro solidario.
(de las memorias de un utópico desconocido)
(de las memorias de un utópico desconocido)
Jardín del Ateneu. Tres palmeras
que escalan hacia el cielo, un limonero,
un estanque con peces, una fuente,
mesas entre parterres centenarios,
suave rumor de voces en la tarde
de un invierno que anuncia primavera.
Un oasis de paz en la ciudad,
en el patio trasero de un palacio
que es un Sancta Sanctorum de cultura.
Y en esta plenitud voy y me quejo,
este lugar es sólo para socios.
Férreo control de entrada, pon tu huella
para poder gozar del paraíso.
La cultura es de pago, me hago cargo,
La cultura es de pago, me hago cargo,
hay que cuadrar los números, hay crisis,
pero no lo comparto. La utopía
es un arma; la pluma del poeta,
el último reducto libertario.
Ricardo Fernández Esteban ©