Después de cuatro meses Facebook ha desbloqueado los enlaces a mi blog "La palabra es mágica" y ha restituido todas las entradas de los últimos 10 años que habían borrado, reconociendo que ese "castigo" se trataba de un error. No ha sido fácil, no han atendido mis reclamaciones como partícipe y cliente de esa red social, y he tenido que recurrir a influencias para que me hicieran caso. "Decíamos ayer...", pero esto debe de servirnos como ejemplo de una mala política de atención al cliente y de resolución de conflictos.
No duró mi condena cuatro años,
ni mi destierro siete de la cátedra,
ni mucho menos soy Fray Luis o Don Miguel,
ni tampoco ocurrió la afrenta en Salamanca,
pero fue bloqueada cuatro meses
en Facebook “La palabra es mágica”.
Ahora reconocen que lo fue sin motivo,
aunque tuve que usar todas mis armas,
ya que como partícipe no me hicieron ni caso
y obtuve por respuesta: “la callada”.
Hubo que utilizar mis influencias,
dejé de reclamar por la pantalla
y acudí a conocidos con contactos
en las altas esferas de la red mentada.
Conseguí promover una investigación interna,
y una sentencia absolutoria fue dictada:
“un falso positivo”, que en cristiano
es el reconocer que metieron la pata
en sus ciento cuarenta acusaciones
y de "spam" no hubo nada.
Pero sigo pensando que el motivo,
fue un censor puritano a cuyas enseñanzas
ofendió la escultura del gran Antonio López;
no peca lo desnudo, sino la vil mirada
de quien en vez del arte ve lascivia,
pensando que son todos de su mala calaña.
Fuese por lo que fuese, ya no hay caso,
ya puedo publicar los “links” de la bitácora
y se han vuelto a aparecer en mi perfil
los diez años de entradas que me fueron borradas.
Pasemos página: Decíamos ayer...
han vuelto los enlaces a “La palabra es mágica”.
Mas, como lo cortés no quita lo valiente,
este bardo declara que no aceptó la trágala
de la anfitriona que lo desahució,
la retó en duelo, presentó batalla
y David doblegó al gigante Goliat,
a la gran red social, la “Gran hermana”.
Ricardo Fernández Esteban ©
Facebook no me indicó específicamente por qué bloqueaba la colocación de enlaces a este blog en mis entradas, sino que eso ocurrió a la vez que me enviaba en un día 140 mensajes diciendo que diferentes entradas mías "infringían sus normas sobre spam", pero me seguía permitiendo efectuar entradas sin enlaces al blog. O sea, que lo castigado parecía ser el blog.
Intenté pedir aclaraciones a través de los conductos que tiene establecido Facebook para resolver incidencias, pero se me dio "la callada" por respuesta a todos mis mensajes. El único paso posible era apelar al "Consejo asesor de contenido" de Facebook que es un organismo mundial formado por expertos, independiente de Facebook, que puede tomar decisiones independientes y vinculantes; pero para ello era preciso "haber solicitado que Facebook revise su decisión de contenido y haber recibido una decisión final" y Facebook no contestaba a mis reclamaciones. Como veis una situación kafkiana y sin solución a través de los conductos establecidos por Facebook.
Todo ha vuelto a la normalidad y ya puedo publicar en Facebook con enlaces a este blog, pero se ha demostrado que esa red social no tiene los canales ni controles de calidad precisos para resolver las incidencias con sus partícipes y clientes. Yo he tenido que batallar infructuosamente por los canales habituales y recurrir a contactos directos para resolver esta injusta situación.
"Decíamos ayer...", pero que conste en acta. Y como a uno le gusta poner en verso todo tipo de temas, he escrito esos polimétricos arromanzados, con alguna consonancia de más. Todo sea por las licencias poéticas y la satisfacción de haber conseguido hacer valer la verdad.